Breña Baja alberga una particular relación con el Día de la Madre. No en vano es el primer municipio de España en ratificar en pleno la celebración e dicha festividad. Fue de la mano de Felíx Duarte, concejal del municipio, quien tras una etapa como emigrante en Cuba, propuso en 1936 al Pleno de Breña Baja oficializar el Día de La Madre cada “tercer domingo de mayo”.
La propuesta de Duarte no era un brindis al sol. Él, que había emigrado y regresado, conocía a la perfección el valor de tantas y tantas mujeres que realizaron enorme esfuerzos por sacara adelante familias, hogares, cultivos, ganado…
Aquellas mujeres, cuyos maridos, hermanos e incluso hijos, había emigrado a Cuba o Venezuela, daban forma al alma de Breña Baja. Once años más tarde, producto de aquella decisión, Breña Baja recibe la concesión, por parte de la Academia de la Historia, del título como Muy Noble y Honorable Villa.
Desde 2015, una preciosa y entrañable escultura de Antonio Pérez Ortega preside la Plaza de las Madres, junto al Ayuntamiento de Breña Baja, con objeto de hacer visibles aquellos años, y de que tanto residentes como visitantes conozcan esta parte de la historia que inyectó el carácter del municipio.
Tan fuerte anida en el sentir de Breña Baja aquella dura realidad, la que tuvo lugar y que pocos libros atendieron entre la emigración y la vuelta del indiano, que la celebración se ha trasladado al tercer domingo de mayo, frente al primero en que se celebra en el resto de España. También el escudo del municipio incorporó rosas rojas y blancas para reflejar la alegría de tener una madre viva o la tristeza de la pérdida.